Cuentos

Cuentos de una payasa... cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Cuento nº15

Te echa de casa tu madre.
Te echa de casa tu padre.
Te echa de casa tu abuela.
Tu "suegra" no te quiere ni ver.
Tu novia te deja.
Te buscas otra novia porque... te quieres ir de viaje y ¿quién lo va a financiar si no?

¿Quién soy?

El ni-ni de veintinueve años que se toca los cojones a dos manos: Ailon

Cuento nº14

La niñata de mi hija le ha echado en cara al padre que no ejerciera de padre ... pues, chavala, tienes 24 años como para no ser capaz de entender que como buena mala pècora que soy, lo eché, lo extorsioné económicamente y, aún ahora, le hago chantaje emocional y lo amenazo con ponerle los hijos en contra.
Sin contar que como prostituta de baja estofa que no sé ni quién es el padre de mi hijo me niego a firmar el divorcio después de 19 años.
Como se suele decir: a llorar a la llorería.
Aunque en verdad me encanta que lo haga sentir mal y que le eche las culpas.

Cuento nº13

Ya ha nacido el nietísimo, y este fin de semana nos reunimos todos en Barcelona para jugar a la "happy family". Lo primero será buscarle un parecido, así humillamos un poco más al pseudo-abuelo que ni su apellido le han dado.

Cuento n°12

Vaaaaaaleeeeee me han pillado. No me discutí con el penco de mi hijo, lo eché de casa por inútil y parásito, y así poder alquilar su habitación. Estaba cansada de que no colaborara en casa económicamente, se pasara el día fumando porros y tocándose los huevos. Y si encima se fue a joder a su padre... bingo! La jugada maestra!

Cuento n°11

Se queja, mi némesis, de los 3 días de basura acumulada en la encimera de la cocina. Y dice que ahí se quedará hasta que el "ni-ni anarcocapitalista de 27 años" (o sea, mi hijo) le quede claro que ella no quitará su mierda del medio.
Pero ha de entender que es hijo de su madre (yo), que "de tal palo, tal astilla" y que "de cerdos y de señores debe venir de casta"... y de señora yo ya sabéis que tengo bien poco.

Cuento n°10

Mi hijo mayor me va a hacer agüela.
Pues a ver cómo lo llevará el chaval con esto del reconocimiento ilegal (pseudo-adopción obviando derechos fundamentales de filiación y falsedad documental) y el ocultamiento de paternidad a un pobre desgraciado, ahora que él se convertirá en padre. Ya no hablemos de los antecedentes médicos que para uno mismo pueden no importar, pero para un hijo sí... bueno, aunque a mí nunca me ha importado, la verdad.

Cuento n°9

He estado unos meses en México y he acabado pasando por quirófano. Como que tenía que volver a la isla, pero no tengo un chavo*, he hecho una jugada maestra!
Os explico: di disponibilidad en el trabajo estando de baja (cobramos por obra y servicio), viajé hasta casa (tan mal no estoy para no poder aguantar un viaje de medio día) e inmediatamente después me di de baja diciendo que aún no estoy recuperada... ergo, cobraré la baja (que se cobra muchísimo más que trabajando)! He jodido las navidades a mis compañeros, pero anda que me importa un rábano! Yo cobraré una pasta!

A demás, como vi que la estafa es lo mío, envié un mensaje a mis amigos y conocidos con mi número de cuenta, llorándoles porque al estar de baja no cobraría nada y no podría subsistir (esto del seguro laboral en nuevo de hace unos meses, menos mal que nadie lo sabía), para que me ingresaran dinerito rico... a cambio los invitaría algún día a casa y les regalaría cuatro trastos que me sobran, los cuales me causan más molestia que servicio, también hay que reconocerlo.

Es o no es la cuadratura del círculo?

*En verdad estoy en una asociación que me asegura llegar a 1000€ al mes, independientemente de mis ingresos laborales.
Y, mientras he estado fuera, no he pagado el alquiler; el marrón se lo ha comido mi hijo mediano, para variar.

Cuento n°8

«Cagon la puta de oros! Que no va K y me cancela la segunda cita de "terapia de pareja"... que se va a Barcelona con su "todavía" xurri. Bueno, bueno, bueno, ha ganado una batalla, pero no la guerra, que pa' hijaputa yo (y de las grandes)».

*Microcuento

Cuento n°7

«Lo que más me gusta de ir a "terapia de pareja" con K es ver como pierde el tiempo conmigo haciendo gilipolleces, en vez de estar con su xurri.
Si sigue así, no llegan a fin de año».

*Microcuento

Cuento n°6

«He conseguido que la "terapia de (ex)pareja" dure unos cuantos meses. ¡Punto pa' mí!
Es cierto que si tuviera un hombre que me empotrara ni que fuera una vez al mes, no necesitaría ni terapia ni joderle la vida a K... pero no es el caso, así que me divierto yendo de víctima delante de la psicóloga del trabajo (que se ha dejado enredar) y manipulando todo lo que puedo y más.
Le dije a la psicóloga que K me trata mal en el trabajo y me menosprecia. Claro que cuando me preguntó por un ejemplo sólo se me ocurrió decirle que "no me presenta a los médicos"... ¡Vale, vale! Ya sé que hace tropemil años que trabajo ahí, y que me podría presentar yo misma llegado el caso... ¡pero alguna milonga le tenía que contar!».

Cuento n°5

«Soy la puta más grande del barrio: he conseguido que la psicóloga del trabajo acepte hacernos "terapia de pareja" a *K y a mí. Sé que no es nada profesional por su parte y que debería de habernos derivado a un colega, pero... ¡punto pa'mí! ¡A ver si consigo liarla más!».

*Diecisiete años separados, pero muero por hacer "terapia de pareja".

Cuento n°4

«Soy un intento fallido de actriz, y payasa aburrida. Durante años viví en plan hippie en una casa okupa de artistas varios, con lo que no me tenía que preocupar de nada, con follarme a alguno tenía asegurada la supervivencia.
Pero me quedé preñada. No sé de quién. O si lo sé nunca diré de quien, ¡qué se muera sin saber que es padre! Ya véis que soy muy legal y me preocupan mucho los demás. Total, el crío no parece que tenga ninguna enfermedad genética y como no creo que me de nietos, tampoco hay que preocuparse por ello.
Un día conocí a K, un hippie de medio pelo. Le enchufé al crío, y lo cacé con dos churumbeles más (ver Cuento n°3) y una boda por la iglesia.
Voy contando por ahí que lo dejé porque era ludópata, pero ¡qué va! Lo hice porque le salió un trabajo de actor de teatro clásico que incluía una gira por España. A eso se juntó que le dieron trabajo con nómina (escasa) para hacer de payaso en una ONG y... ¡a mí no!
Todo eso me sentó fatal. Me pudo la envidia cochina. Y forcé la máquina para que nuestra vida familiar fuera un infierno. Soy actriz, y no iba a permitir que los críos me echaran la culpa a mí de la separación. Así que tuve la excusa perfecta para echarlo y no contenta con eso me busqué una picapleitos que le exigió un 90% de su precaria nómina, que no llega a 1000€ mensuales, como pensión. Y no me da pena ni vergüenza decir que el no poder pagarla fue el detonante de su ludopatía ¡Qué se joda! ¡No haber tenido más suerte que yo en lo laboral independientemente del mi total falta de talento!
Pero soy la "perra" del hortelano y quería seguir manipulándolo a mi antojo. Así que conseguí que una amiga (a la que años más tarde, con malas artes, hice que despidieran) me enchufara en la misma ONG donde trabajaba él; pero para no tensar demasiado le dejaba ver a los churumbeles (favor que me hacía el poder estar libre unos días pa' tocarme el chocho), así K me ha visto siempre como una santa que le dejaba ver a sus hijos, lo que me ha ayudado para que siga haciendo lo que yo quiero. Cogidito por huevos lo tengo y, si intenta huir, lo amenazo con ponerle en contra a los hijos y tan pichi.
No permitiré que me baje de los altares ni que olvide que existo para que rehaga su vida con otra mujer».

Cuento n°2

«3a.m. casa de K. Suena el móvil. Un mensaje de wassssap. Soy yo (¡sorpresa!).

- Oye ¿ya han hecho presidente a Rajoy?

Yo tengo conexión a internet, como evidencia el poder mandar wassssaps a horas intempestivas, podría buscarlo en San Google o dar por saco de madrugá a uno de mis tres churumbeles adultos, tropecientas hermanas y alguna que otra amiga a la que manipulo con gusto exquisito. Pero le pregunto a K pa' que me tenga presente en su nueva vida.

P.S. K es mi ex».

Cuento n°1

«Lo reconozco, soy la manipuladora que envía mensajitos a las tres de la madrugada a mi ex para chorradas y que no firma los papeles del divorcio con las excusas más peregrinas:

- para cobrar una pensión de viudedad que no me corresponde en ningún supuesto recogido por la ley.
- porque quiero ir a terapia de pareja con la psicóloga del trabajo (sic). Bonus track: trabajamos en el mismo estercolero.
- porque quiero que mi ex le compre una casa a uno de mis hijos, al que considero un inútil sin oficio ni beneficio (joder! con madres así quién necesita enemigos).
- porque quiero una compensatoria (me ha de compensar por haberle dado la patada).
- porque quiero una cena romántica para aclarar muchas cosas (17 años desde que lo eché, y ahora quiero charlar? pues pa' joder un poco na' más).

... casi cuatro meses y "lo que te rondaré morena". Y eso que el puto divorcio lo paga íntegramente su nueva pareja.

Y no es que esté celosa, es que soy la perra (nunca mejor dicho) del hortelano: ni como ni dejo comer».